No todas las batallas se libran con uniformes. En Morelia, una nueva apuesta intenta desarmar la violencia con un gesto simple: enseñar empatía. El programa Empatía Protege Morelia 2025–2027 busca cambiar la manera en que la ciudad entiende la paz.

Presentado por el Instituto Moreliano de Protección Animal, el proyecto propone prevenir la violencia desde la raíz: el respeto a toda forma de vida. Su directora, Minerva Bautista Gómez, parte de una idea respaldada por datos: según el INEGI, en más del 60 % de los hogares donde se detecta maltrato animal también hay antecedentes de violencia intrafamiliar. En Estados Unidos, estudios de la ASPCA y la American Humane Association confirman la misma correlación: las comunidades con mayor crueldad animal suelen registrar más delitos violentos por habitante.

“El maltrato animal no es un tema menor, es una alerta temprana”, explicó Bautista. “La empatía se aprende desde la infancia. Si enseñamos respeto hacia los animales, estaremos formando ciudadanos menos violentos.”

La iniciativa rompe con la lógica tradicional de los planes de seguridad: en lugar de más cámaras o patrullas, apuesta por la educación emocional, la convivencia y el bienestar animal como pilares de paz social. Entre sus acciones destacan la campaña Respeta la Vida, Construye la Paz, el programa escolar Formando Corazones y la certificación Espacios Empáticos, en coordinación con la Secretaría de Salud.

El programa prevé una inversión de 47 millones de pesos para construir un nuevo Centro de Atención Animal con capacidad para 20,000 esterilizaciones anuales, una cifra significativa en una ciudad que alberga más de 130,000 animales en situación de calle, según estimaciones del propio ayuntamiento. Solo en 2024, la capital registró más de 2000 reportes de maltrato animal y 400 denuncias penales, la mayoría sin seguimiento judicial.

El proyecto será presentado ante la Presidencia de la República y el Gobierno del Estado para integrarse al plan federal Michoacán por la Seguridad y la Justicia. De aprobarse, se convertiría en el primer programa municipal del país que vincula el bienestar animal con la prevención de la violencia social, un enfoque aún inusual en las políticas públicas mexicanas.

En México, solo seis de las 32 entidades cuentan con programas activos de atención al maltrato animal, y ninguna los ha articulado directamente con estrategias de paz. En ese contexto, Morelia se coloca como un experimento político y cultural: una ciudad que intenta cambiar la conversación sobre seguridad desde la empatía.

Porque, al final, la pregunta que lanza el programa no es técnica ni presupuestal, sino moral: ¿cómo puede un país aspirar a la paz si normaliza la crueldad en su propia calle?