La polémica y violenta popularidad de los campeonatos de bofetadas
evangelio | 6 diciembre, 2023

Es polémico, violento y señalado por considerarlo como antideportivo, pero los campeonatos de bofetadas cada vez cobran mayor popularidad gracias al impulso que le ha dado la UFC.

Creado en los Estados Unidos, pero popularizado en Rusia, esta atracción consiste en situar a dos competidores frente a frente, quienes se golpearán la cara mutuamente hasta que uno se rinda o simplemente caiga.

Bajo el nombre de la promotora Power Slap League, propiedad del presidente de la UFC, Dana White, esta actividad ya logró vender los derechos de transmisión a una cadena de televisión deportiva, por lo que es la gran apuesta del propietario para los próximos años.

Y si se trata de medición de estadísticas, la idea no es descabellada, pues simplemente el primer capítulo de la liga que se realizó hace diez meses contabiliza más de 2.3 millones de vistas, en tanto que una compilación de las mejores batallas, tanto en rama varonil como femenil, acumula 10 millones de visitas al video.

Riesgo físico

Al ser una competencia en la que los golpes se ejecutan sin ninguna protección en las manos, el traumatólogo Francisco Javier Rodríguez consideró que existen riesgos que, desde su percepción, la liga poco hace para tratar de evitarlo.

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En entrevista con Evangelio, señaló que por la intensidad de los golpes, las conmociones están “a la orden del día”, pero también las inflamaciones cerebrales, ya que no existe ningún tipo de protección sobre el rostro y cabeza.

Pero para el médico especialista, lo más riesgoso que puede presentarse en una actividad de ese tipo son las rupturas del tímpano y llegar hasta un nivel de sordera, puesto que indicó que la fuerza aplicada puede provocar la desarticulación de los huesos del oído.

No es deporte

Para el presidente de la Master Fight League de Artes Marciales Mixtas, Luis Fabela, a esos campeonatos no se les puede calificar como un deporte, sino que se trata más de un concurso.

Para el promotor deportivo, el intercambio de bofetadas no implica una preparación atlética como la que sí se suele tener en la UFC, donde los peleadores se someten a entrenamientos físicos y mentales, además del aprendizaje de técnicas especiales.

“Yo no creo que ellos estén metidos en un gimnasio preparándose, entonces creo que es lo mismo que si ganaran un concurso de vencidas o de comer hamburguesas, pero deporte definitivamente no puede ser, aunque entiendo que para todo hay público”, concluyó.

 

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