Los gobiernos de la Unión Europea no tienen la opción de ignorar las órdenes de detención emitidas por la Corte Penal Internacional (CPI) contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y su exministro de Defensa, Yoav Gallant.
Así lo afirmó Josep Borrell, alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, durante su visita a Chipre.
Borrell recordó que los estados firmantes de la Convención de Roma están obligados a cumplir con las decisiones del tribunal, dejando en claro que “no es opcional”.
La declaración se produce en medio de comentarios de algunos funcionarios alemanes que han sugerido que Alemania podría no acatar la orden debido a su relación con Israel y el contexto histórico de la Alemania nazi.
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El portavoz del canciller Olaf Scholz, Steffen Hebestreit, expresó sus dudas sobre la posibilidad de realizar arrestos de Netanyahu en Alemania, aunque el gobierno está evaluando las implicaciones legales en caso de que el primer ministro israelí visite el país.
Por otro lado, el senador estadounidense Lindsey Graham amenazó con sanciones a países como Canadá, Francia y Alemania, si estos deciden apoyar a la CPI, afirmando que Estados Unidos “deberá devastar” la economía de aquellos que acaten el fallo del tribunal.
En el ámbito diplomático, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, mostró sorpresa al escuchar del presidente israelí, Isaac Herzog, sobre la situación de prisioneros en Gaza, creyendo que la mayoría están muertos.
Tanto Trump como el actual presidente Joe Biden han expresado su interés en colaborar para lograr la liberación de los rehenes.
“No me importa si Trump se lleva todo el crédito, siempre y cuando regresen a casa”, manifestó Biden a las familias de los cautivos.