En gimnasios y redes sociales, las bebidas energéticas han dejado de ser solo un impulso para el cansancio: ahora se promueven como herramientas para adelgazar.
Influencers del fitness y marcas del sector afirman que estas bebidas, especialmente las versiones bajas en calorías, pueden ayudar a estimular el metabolismo y quemar grasa. Sin embargo, especialistas advierten que sus efectos reales sobre el peso corporal son limitados.
“Cualquier bebida con cafeína puede aumentar el metabolismo a corto plazo, pero no lo suficiente como para provocar una pérdida de peso significativa”, explica Andrew Jagim, experto en medicina deportiva de la Clínica Mayo.
Coincide Jeffrey Stout, fisiólogo del ejercicio en la Universidad de Florida Central, quien subraya que el efecto de estas bebidas es más notorio si se combinan con ejercicio.
Algunos ingredientes, como la cafeína proveniente del guaraná, el EGCG del té verde o la taurina, han mostrado cierto potencial para mejorar el rendimiento físico.
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Otras fórmulas incluyen cromo, vitaminas del grupo B y edulcorantes como eritritol o stevia, que también generan debate por sus posibles efectos secundarios.
Pese a su popularidad, los expertos recomiendan no consumirlas a diario. “Los riesgos de una alta ingesta de cafeína pueden superar cualquier beneficio metabólico”, advierte Jagim, quien recuerda que superar los 400 mg de cafeína al día (el límite sugerido por la FDA) puede elevar los niveles de estrés y causar efectos adversos a largo plazo.
Lena Bakovic, dietista de Top Nutrition Coaching, es contundente: “No existe evidencia sólida que relacione directamente el consumo de bebidas energéticas con una pérdida de peso sostenida”.
La recomendación general sigue siendo apostar por una alimentación balanceada, actividad física constante y descanso adecuado. Las bebidas energéticas, aunque tentadoras, no sustituyen los pilares básicos de un estilo de vida saludable.