El tradicional modelo de enamorarse, casarse y formar una familia bajo el mismo techo está dando paso a un nuevo concepto que está ganando popularidad: las parejas LAT, acrónimo de “Living Apart Together” (Viviendo Juntos por Separado).

Ese fenómeno refleja un cambio significativo en la forma en que las personas eligen relacionarse, priorizando la individualidad y la autonomía.

Cada vez más, es común encontrarse con amigos, vecinos o familiares que, a pesar de estar enamorados y comprometidos, optan por residir en direcciones distintas.

Las parejas LAT pueden vivir en el mismo edificio o incluso en la misma calle, pero cada uno en su hogar propio. Para muchos, la distancia se convierte en un aliado en lugar de un obstáculo, propiciando una convivencia marcada por la comodidad y la comunicación adaptada a horarios específicos.

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Las motivaciones para adoptar ese modelo van desde el deseo de mantener la independencia personal hasta necesidades laborales, las parejas descubren que este estilo de vida les permite evitar la monotonía y reducir conflictos.

Además, muchos creen que la distancia, lejos de debilitar la unión, fortalece el vínculo, ya que les permite valorarse más y disfrutar de momentos en común de calidad.

La dinámica de las parejas LAT incluye la planificación de encuentros, lo que elimina el estrés de la rutina diaria y reduce las discusiones.

Al no estar juntos todo el tiempo, hay menos necesidad de compartir cada detalle del día, lo que fomenta una confianza sólida en la relación y minimiza las posibilidades de malentendidos.

Este estilo de vida ha encontrado un terreno fértil en varios países; en España, alrededor del 8 % de las parejas forman parte del modelo, mientras que en Estados Unidos, Inglaterra y Francia también se observa un aumento en el número de relaciones con esta característica.