Los mejores discos de 2023
evangelio | 25 diciembre, 2023

A estas alturas es un poco complicado escribir sobre discos, ese objeto físico que se exhibía en las tiendas especializadas, las copias que multiplicadas por millones daban premios a los artistas. En plena era de los clics en streaming, los discos ya parecen una rareza, pero aun así, incluso los músicos más jóvenes siguen agrupando una cantidad determinada de canciones en una sola producción que igual nadie compra, pero sí que reproduce.

En 2023, ya lo sabemos, dominó el género del regional mexicano e incluso publicaciones internacionales destacaron discos como Nata Montana, de Natanael Cano, y Colmillo de leche, de Carín León.

Sin embargo, en Evangelio sólo nos vamos a referir a discos de rock y subgéneros derivados, para aquellos que se aferran a la vieja escuela de los guitarrazos.

  1. The Rolling Stones, Hackney Diamonds

Hace algunas semanas Damon Albarn, el vocalista de Blur y Gorillaz criticó a este disco por ser “uno más” en la longeva carrera de Sus Satánicas Majestades. No nos importa su opinión, pues al mundo le hacía falta el regreso de esta banda que además lo ha hecho sin Charlie Watts, pero con invitados como Elton John, Paul McCartney, Stevie Wonder y Lady Gaga, con una brillante participación en Sweet Sounds Of Heaven. Para los coleccionistas, ya está a la venta el disco de estudio en paquete con otro grabado en vivo en el club Racket en Nueva York, el pasado 19 de octubre.

  1. Anohni and the Johnsons, My Back was a Bridge for you to Cross

La carrera de Antony Hegarty cobró notoriedad en 2005 tras editar el disco I am a bird now con su banda Anthony and The Johnsons, un himno a la cultura trans que tuvo un éxito moderado entre los amantes del soul. Después, ya con el cambio de identidad de género, publicó placas menos comerciales y ahora ha regresado con una producción más digerible para las masas, con temas que suenan a tristeza, melancolía y soledad. Un disco hermoso que tiene entre sus músicos invitados a Leo Abrahams, Chris Vatalaro y Sam Dixon.

  1. The Waeve, The Waeve

En la historia del rock and roll se habla de las “superbandas”, esas que se conforman por integrantes de distintos proyectos exitosos, como el caso, por sólo poner unos ejemplos, de Velvet Revolver, The Raconteurs y Cream. Ahora vamos a hablar de un “superdueto”, el  que han creado Graham Coxon, eterno guitarrista de Blur, y Rose Elinor Dougall, fundadora de The Pipettes. El resultado es un disco homónimo lanzado en enero de este año que mezcla dosis de rock progresivo, free jazz y folk británico. Hay temas imperdibles como Over and over, Can I call you y Drowning, cuyo intro envuelve al oyente en una atmósfera hipnótica y surreal.

  1. Blur, The Ballad of Darren

A diferencia de los regresos que sólo apelan a la nostalgia, Blur ha confeccionado un disco impecable, en el que demuestran que su capacidad creativa parece no tener límites. Dedicado a uno de sus trabajadores del staff, The Ballad of Darren es un pasaje que va más allá del britpop, aunque temas como St. Charles Square sí que nos recuerdan a esos gloriosos días noventeros en que la invasión británica otra vez nos llenaba de felicidad. Damon Albarn anda con la boca suelta, criticando a Mick Jagger y la IA de The Beatles, pero luego de este disco le podemos perdonar todo, incluso que ya haya disuelto (por el momento) a Blur para enfocarse en Gorillaz.

  1. Él mató a un policía motorizado, Súper Terror

En 10 canciones y 40 minutos, la banda argentina despliega una síntesis de 20 años de carrera, con metáforas bien construidas, armonías precisas y letras bien dolorosas: “Entiendo que no vas a aceptar que todo lo que viene es peor”, dicen en Medalla de Oro, en medio de un pop delicioso. Parece exagerado decirlo y tal vez obedezca al fanatismo más vil, pero cada una de las piezas tiene el potencial de convertirse en sencillo exitoso, de corearse en los conciertos. Es probable que cantar el disco de un jalón nos lleve a la depresión, con estribillos como “No me digas que las cosas van a estar bien”, pero vaya, es invierno, hace frío y hay que estar tristes.

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  1. Wilco, Cousin

La banda fundada por Jeff Tweedy y John Stirratt está de regreso con un álbum no tan fácil de digerir, pues a diferencia de otras producciones aquí hay mucha experimentación, una capa sobre otra, arreglos hechos a la distancia que quizá le quitan un poco de frescura, pero a la vez la convierten en una obra abstracta que inicia con Infinite Surprise, en la que efectivamente nos vamos a llevar una gran sorpresa. No hay que esperar un éxito del tamaño de Jesus, etc., ni California Stars, pero sí hay que analizar letras como la incluida en Levee, donde afirman: “Me encanta el dique junto al lago, pero el dique es falso”.

  1. Sufjan Stevens, Javelin

El nacido en Detroit vuelve a demostrar que es un monstruo de la composición, con un disco que arranca con Goodbye Evergreen, en el cual poco a poco va agregando instrumentos, coros y elementos sonoros que tan sólo son el comienzo de una experiencia que debe escucharse a solas y con unos buenos audífonos. En A running start vuelve a sus orígenes, ese folk con el que lo conocimos en el lejanísimo 2003, cuando publicó Michigan. Otro botón de muestra es Will Anybody Ever Love Me?, un estupendo tema acústico en su primer minuto, que luego se llena de voces, de piano y de voces al unísono.

  1. Everything But the Girl, Fuse

Tuvieron que pasar 23 años, ¡sí, 23!, para que el dueto conformado por Ben Watt y Tracey Thorn regresara a la escena de la música con un disco que suena a lo sembrado en décadas del siglo pasado, pero no por ello suenan a viejo o lucen desfasados, sino todo lo contrario. La pareja había pospuesto su vuelta al mundo no sólo por cuestiones creativas, sino por cuestiones propias de la vida adulta como estar atentos a sus demandantes hijos. Sin embargo, la grabación del álbum también ha sido una especie de reclamo global, pues la escena electrónica los necesitaba ya con algo nuevo.

  1. Austin TV, Rizoma

Y hablando de regresos, los ahora treintañeros mexicanos casi mueren de la emoción cuando se dio a conocer la vuelta de Austin TV, el grupo de música instrumental que irrumpió en los divertidos años dosmiles. Con Rizoma, la banda crea de nuevo una suerte de libro iliustrado con cuentos convertidos en canciones donde las guitarras explotan, como sucede en Todo final es también un comienzo. La banda de enmascarados alcanza su punto más alto con De la Orquídea y la Avispa y despide al disco con Lo bonito de la muerte, lo que no queremos leer como otro clavado a la cripta, pues la música alternativa del país merece más proyectos como este.

  1. Blink 123, One More Time

Mark Hoppus, Travis Barker y Tom DeLonge están de regreso con un disco que inicia con Anthem Part 3, en el que afirman que “mi vieja mierda termina esta noche”. De ahí en adelante volvemos a escuchar el estilo clásico del trío, con argumentos existenciales, preguntas de postjuventud y coros fáciles de aprender y bailar en un concierto en vivo. Los nostálgicos de MTV estarán contentos con este álbum digerible que tal vez encuentre su parte más cursi en Fell in Love.

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