China y Estados Unidos están discutiendo formas de frenar la producción y el tráfico de fentanilo, ya que aunque Washington acusa a China de ser la principal fuente de fentanilo, Pekín niega su complicidad y culpa a Estados Unidos por la crisis de adicción.
Sin embargo, ambas partes están buscando formas de abordar el problema, ya que el suministro de fentanilo ha cambiado de rutas y métodos para evadir los controles.
El gobierno de Joe Biden ha hecho de la lucha contra el fentanilo una prioridad, imponiendo sanciones a entidades y personas en China acusadas de ser la fuente del suministro de narcotraficantes en Estados Unidos.
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Tras una cumbre entre los presidentes Biden y Xi Jinping, China se comprometió a combatir el fentanilo y ha tomado medidas como cerrar empresas y bloquear pagos internacionales.
Se espera que en una reunión próxima, funcionarios de alto nivel de Estados Unidos y China discutan acciones adicionales contra las empresas que fabrican precursores químicos de la droga.
La cooperación entre Estados Unidos y China con relación al fentanilo está influenciada por la fluctuante relación entre ambas potencias.
A pesar de un diálogo reciente en Bangkok, el informe del Brookings Institution advierte que China no suele tomar medidas contra las redes criminales locales, lo que podría cambiar dependiendo de la presión internacional y su orientación geopolítica.