El presidente Nicolás Maduro afirmó este lunes que los canales de comunicación entre Venezuela y Estados Unidos se encuentran actualmente “desechos”, tras pasar de un estado “maltrecho” a uno prácticamente inexistente, debido a lo que describió como amenazas, chantajes y agresiones de Washington.
En rueda de prensa con medios nacionales e internacionales, Maduro precisó que aún se mantiene un hilo mínimo de comunicación con John McNamara, embajador estadounidense en Colombia designado para atender asuntos sobre Venezuela, principalmente para coordinar la repatriación de migrantes deportados desde Estados Unidos.
“Eso es una prioridad para nosotros, a todos los vamos a rescatar”, subrayó.
El mandatario venezolano denunció la intensificación de la presión de Estados Unidos en diversos frentes: judicial, política, diplomática y militar.
Aseguró que buques de guerra estadounidenses estarían apuntando “mil 200 misiles” sobre Venezuela, y calificó de “bochorno” un reciente operativo en el que marines abordaron un barco pesquero venezolano en aguas de la zona económica exclusiva del país, asegurando que Washington busca transformar incidentes menores en conflictos mayores.
Maduro también cuestionó las declaraciones de la primera ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad-Bissessar, sobre el despliegue militar estadounidense, señalando que su postura estaría influenciada por el senador Marco Rubio.
Además, negó categóricamente las acusaciones de Donald Trump sobre envío de drogas y pandilleros desde Venezuela, responsabilizando del narcotráfico a la oligarquía colombiana.
Finalmente, Maduro afirmó que la verdadera intención de Estados Unidos en el Caribe es un cambio de régimen en Venezuela y el control de sus reservas petroleras.
“Estamos más preparados para preservar nuestra independencia y construir la paz en las peores circunstancias. Estamos listos para defendernos, pido a Dios que no suceda”, concluyó.