Mafia de piperos seca a Michoacán
evangelio | 30 marzo, 2024

En medio de la crisis hídrica que atraviesan las principales ciudades de Michoacán, la mafia de piperos sigue asfixiando las principales fuentes de abastecimiento de agua.

El manantial de la Mintzita en Morelia, el lago de Pátzcuaro, e incluso los afluentes del río Cupatitzio sufren todos los días los efectos de la impunidad, provocada por las operaciones silenciosas de los piperos, la falta de supervisión y la creciente demanda del recurso hídrico.

Cientos de miles de litros de agua son extraídos y comercializados en las colonias de Morelia, Pátzcuaro y Uruapan sin una sola remuneración al medio ambiente o a los propios cuerpos de agua.

El panorama es incierto. La falta de suministro de agua en las principales ciudades de la entidad, por los deficientes sistemas municipales, orillaron a la población a auxiliarse en el servicio de pipas, que en su mayoría prestan servicios irregulares e ilegales.

La extracción del agua de mantos superficiales constituye el delito de despojo de agua, destacó Arturo Chávez Carmona, titular de la Procuraduría Ambiental del Estado de Michoacán (Proam).

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Denuncias por explotación irregular del agua

En los últimos meses, se presentaron hasta 50 denuncias por explotación irregular de agua ante la Fiscalía General de la República (FGR), lo que orilló a que los piperos desaparecieran del manantial y otras comunidades del lago de Pátzcuaro.

“Ahorita ya la Fiscalía General de la República (FGR) los tiene en carpetas de investigación. El delito se llama despojo de agua, en la Mintzita son como 50. Los están sancionando y el Organismo Operador de Agua Potable y Alcantarillado Saneamiento (OOAPAS) los remitió a otras cuencas y les están cobrando, antes nadie les cobraba”, explicó.
Colonos de Jardines de la Mintzita aseguraron que, si bien se presentaron autoridades de la FGR a investigar y a emplazar a los piperos, la actividad de extracción de decenas de pipas de hasta 50 mil litros de agua continúa.

La actividad de los piperos no se detuvo ni un solo día, a pesar de los efectos negativos que tiene la explotación del degradado cuerpo de agua.

La comunidad señaló que la administración del alcalde Alfonso Martínez Alcázar se comprometió a realizar acciones para delimitar el Área Natural Protegida, así como del saneamiento y vigilancia para evitar el saqueo del agua, acciones que no se materializaron.

En la gestión del alcalde Raúl Morón Orozco, la Dirección de Medio Ambiente anunció sus intenciones de municipalizar el manantial de la Mintzita, cuerpo de agua que por su naturaleza se encuentra bajo la gestión y manejo de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

En el 2020, el Programa Anual de Inversión de Morelia contemplaba al menos seis obras estratégicas para el manantial, a ejecutarse antes de que concluyera la administración, que incluía la construcción de Lavaderos Ecológicos, casetas de vigilancia, bardas perimetrales y otras adecuaciones encaminadas a salvaguardar el espacio, pero ninguna de ellas se concretó.

A cuatro años de distancia, el estrés y la presión por cambio de uso de suelo, la extracción del recurso de manera desmedida y otras problemáticas han rebasado las competencias de la dependencia federal.

Si bien se constituyeron consejos de protección, destacan la urgencia de una mayor vigilancia.

Piperos de empresas también saquean agua

Autoridades, especialistas y lugareños se percataron que ya se sumaron pipas de empresas constructoras y desarrolladores que, sin costo alguno, también entran a extraer el agua del manantial.

Lo anterior, destacan, tiene una repercusión directa en los volúmenes de producción de agua, en la contaminación y hasta en la degradación de la zona.

Los piperos desplazaron a las familias, que anteriormente acudían al manantial a pasar la tarde.

En lo que respecta al lago de Pátzcuaro, la presión es incluso más devastadora. Aunado a los cientos de pipas que se extraen todos los días, las autoridades municipales denunciaron la extracción de agua a través de la instalación de ollas de miles de litros de capacidad.

Lo anterior, sumado a los efectos de la sequía extreman, mantiene al lago turístico más importante de Michoacán a menos del 50 % de su capacidad, uno de los niveles más bajos en la historia reciente.

Julio Arreola Vázquez, presidente municipal de Pátzcuaro, denunció ante la opinión pública que solo en su gestión, se identificaron poco más de mil ollas de agua con volúmenes que superan los 100 mil metros cúbicos.

El escenario en el río Cupatitzio no es distinto. El acaparamiento de agua por medio de las pipas de agua que más tarde se comercializan en la zona urbana de Uruapan y la construcción de ollas de agua terminaron por reducir al 40 % el afluente, considerado uno de los más importantes del estado.

La Comisión Estatal de Derechos Humanos de Michoacán denunció que más que una crisis hídrica, la entidad atraviesa por una crisis de abastecimiento, en donde el 60 % del agua se desperdicia en los viejos sistemas hidráulicos.

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