Marruecos otorga a Israel derechos de explotación gasífera en aguas en disputa con España
evangelio | 6 marzo, 2025

Marruecos otorgó a la empresa israelí NewMed Energy una licencia para explorar y explotar gas en una extensa área de 34 mil km² en el Atlántico, frente a la costa del Sáhara Occidental.

Este acuerdo involucra la concesión de 17 bloques marítimos a la empresa israelí, junto con su socio marroquí Adarco Energy, y la participación de la empresa estatal marroquí ONHYM.

Sin embargo, esta acción generó un conflicto con España, ya que las aguas en cuestión son consideradas por el gobierno español como parte de su Zona Económica Exclusiva (ZEE), que se solapa con la ZEE establecida unilateralmente por Marruecos en 2020.

La concesión marroquí reabre las tensiones sobre el estatus del Sáhara Occidental, una región que ha sido objeto de disputas entre Marruecos y el Frente Polisario, que lucha por la independencia del territorio.

A pesar de las implicaciones geopolíticas derivadas de la guerra de Gaza, este acuerdo refuerza los lazos estratégicos entre Marruecos e Israel, que se han ido consolidando desde los Acuerdos de Abraham de 2020.

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Dicha relación se ve reflejada en la cooperación energética, con empresas israelíes buscando posicionarse como actores clave en el Mediterráneo y el norte de África.

El conflicto territorial es aún más complejo debido a la proximidad de la zona concedida a las Islas Canarias, a sólo 200 kilómetros de distancia, lo que genera preocupaciones en España sobre la validez de la delimitación marítima marroquí. Organizaciones canarias expresaron su rechazo a la ZEE marroquí, argumentando que carece de validez legal, ya que solapa con la ZEE española reconocida internacionalmente desde 1981.

España negocia con Marruecos sus fronteras marítimas, pero este reciente acuerdo complica aún más las conversaciones.

Mientras tanto, Marruecos consolida su relación con Israel, buscando aprovechar las ventajas tecnológicas, diplomáticas y energéticas de esta alianza, especialmente frente a la presión del Frente Polisario y Argelia.

Ahora, España se enfrenta a una difícil decisión sobre cómo responder a estas nuevas concesiones marítimas y energéticas, que podrían alterar el equilibrio de poder en la región.

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