El periodo estival de este año en España ha dejado un saldo preocupante de más de mil 500 muertes atribuibles a las altas temperaturas, de acuerdo con datos del Sistema de Monitorización de la Mortalidad diaria (MoMo).

La mayoría de estos fallecimientos ocurrieron en julio, con un aumento del 57 % respecto al mismo mes del año anterior, mientras que en lo que va de agosto se registran 58 muertes vinculadas a la reciente ola de calor.

La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) calificó junio como el mes “más anómalamente cálido desde que hay registros” en España, con 407 muertes en ese mes, un número muy superior a las 32 contabilizadas en junio de 2024. El verano pasado, el total de decesos atribuidos al calor alcanzó mil 991, cifra que este año podría ser ampliamente superada debido a las condiciones extremas.

En Andalucía, una de las regiones más afectadas, se reportaron dos muertes recientes por golpes de calor: una mujer de 61 años en Cádiz y un joven de 22 en Jaén, ambos con antecedentes de riesgo y expuestos a las altas temperaturas en la vía pública. Hasta el 2 de agosto, se contabilizaron 897 urgencias por patologías relacionadas con el calor, con 299 casos que requirieron hospitalización.

Estas cifras subrayan la gravedad del impacto del calor extremo en España, que ya cobra más vidas que los accidentes de tránsito. Las autoridades insisten en la necesidad de reforzar medidas preventivas y alertar a la población sobre los riesgos derivados de estas condiciones climáticas extremas.