El empleo en Estados Unidos mostró una desaceleración significativa en agosto, con un incremento de apenas 22,000 puestos de trabajo, frente a los 79,000 registrados en julio, según datos de la Oficina de Estadísticas Laborales.

La tasa de desempleo subió al 4.3%, confirmando la debilidad en la contratación y reforzando la posibilidad de un recorte de tasas por parte de la Reserva Federal este mes.

Los economistas esperaban un crecimiento de 75,000 empleos, pero el resultado fue mucho menor y coincide con la tendencia de baja rotación en el mercado laboral.

Analistas atribuyen esta fragilidad a los aranceles de importación impulsados por el presidente Donald Trump y a la represión migratoria, que habría reducido la oferta de mano de obra.

La destitución de la comisaria de la BLS, Erika McEntarfer, por parte de Trump, bajo acusaciones sin pruebas de manipular cifras, ha generado polémica.

Expertos defienden que las revisiones se deben al modelo de “nacimiento y muerte” que estima la creación o pérdida de empleos por apertura o cierre de empresas.

El panorama podría empeorar cuando el BLS publique la revisión preliminar de empleo de los últimos 12 meses, que, según cálculos, podría recortar hasta 800,000 puestos del total reportado.

Ante este escenario, la Fed enfrenta la difícil tarea de equilibrar los riesgos del mercado laboral con las persistentes presiones inflacionarias.