Todo iba viento en popa hasta la tercera ronda de clavados, la mexicana Aranza Vázquez estaba metida dentro de los primeros cinco lugares en la prueba de trampolín de tres metros, lo que le aseguraba su pase a la final en los Juegos Olímpicos de París 2024.
Sin embargo, la desgracia vendría en su penúltima presentación. Al momento de ejecutar su clavado, saltó y giró como la técnica y el grado de dificultad lo exigían, pero cuando ingresó al agua lo hizo erróneamente: de espaldas, como lo hubiera hecho cualquiera de nosotros en un balneario de la ciudad.
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Pese a los aplausos del público, todo estaba escrito. La puntuación de los jueces fue de cero puntos ante lo que acababan de observar y pese a los reclamos de Aranza Vázquez, quien solicitó que se le permitiera repetir el clavado justificando que hubo un ruido que la distrajo, la petición no fue concedida.
La mexicana estaba eliminada de toda posibilidad de acceder a la final, por lo que el último clavado fue simplemente de trámite y, aunque lo hizo bien, ya era insuficiente para sus aspiraciones.
Tras salir de la alberca, la clavadista no pudo ocultar su frustración y se soltó en llanto, pues lo que parecía una jornada de consagración en la “Ciudad de la Luz”, terminó siendo de último lugar con 248.20 puntos.