El gobierno mexicano anunció que solicitará a Estados Unidos una revisión de los aranceles aplicados a vehículos de carga fabricados en México, que contienen aproximadamente un 60% de autopartes estadounidenses, como parte de la próxima evaluación del T-MEC, programada para 2026.
En conferencia de prensa, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, calificó la medida estadounidense como una violación al tratado, y afirmó que este tema será tratado como “de la más alta prioridad” durante la renegociación.
“Lo primero que le vamos a pedir a Estados Unidos es que cumpla con lo estipulado en el tratado: las partes y componentes hechos en México deben recibir el mismo trato que los fabricados en Estados Unidos. Actualmente, esto no se está respetando”, explicó Ebrard.
La medida que entró en vigor el 1 de noviembre grava con un 25% de arancel a la importación de vehículos de carga media y pesada producidos en México, pese a que la mayoría de sus componentes provienen de EE. UU. Ante esta situación, México propondrá un sistema de descuentos, similar al aplicado a los vehículos ligeros, que reduciría la tasa efectiva de arancel hasta un 10% o menos, según detalló Ebrard.
Estas declaraciones se realizaron tras la presentación del “Acuerdo sobre Condiciones Ambientales en la Importación de Vehículos Usados”, elaborado junto con la secretaria de Medio Ambiente, Alicia Bárcena. El acuerdo prohíbe la importación de vehículos usados con motor a diésel y con peso bruto mayor a 3,857 kilogramos, además de establecer un límite máximo de 10 años de antigüedad para los automóviles importados.
Bárcena destacó que, aunque los diésel representan solo un 5% del parque vehicular en México, generan 61% de las emisiones contaminantes, principalmente óxidos de azufre, altamente nocivos para la salud.
Ebrard señaló que, con este acuerdo ambiental, se espera que para 2026 decenas de miles de vehículos contaminantes dejen de ingresar al país, alineando la política comercial con los objetivos de reducción de emisiones.