En un país donde la diversidad cultural y étnica se entrelaza en su tejido social, el racismo sigue siendo una problemática estructural que vulnera, margina y excluye a una gran parte de la población.

Reconocer que México es un país racista es un paso fundamental para abordar esa problemática que se reproduce y normaliza en la sociedad.

El concepto de racismo a menudo evoca imágenes de violencias explícitas, como las sufridas por los afroamericanos durante la esclavitud en Estados Unidos. Sin embargo, se trata de un fenómeno complejo que va más allá de acciones individuales; es un problema sistémico que requiere enfoques integrales para su erradicación.

Durante la presentación de la Agenda Nacional Contra el Racismo: México 2024, se enfatizó la necesidad de visibilizar la problemática como el primer paso en la lucha por la igualdad y la justicia social.

La agenda propone cuatro pilares fundamentales que constituyen políticas públicas recomendadas para combatir el racismo desde una perspectiva integral.

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El primer pilar es la “visibilización”. “Nombrar al racismo es crucial, ya que lo que no se nombra, no existe”, señalaron los especialistas presentes en la presentación.

El segundo pilar es la “representación”. Integrar la perspectiva de las personas racializadas en las estructuras de poder mediático, cultural y político es vital para fomentar un entorno más inclusivo. Esto incluye garantizar que las voces de estas comunidades se escuchen y se tomen en cuenta en la toma de decisiones.

El tercer pilar es la “nivelación”. Aunque todas las personas son iguales, es necesario reconocer que los contextos y las estructuras sociales a menudo condicionan las oportunidades.

La población racializada enfrenta mayores vulnerabilidades en comparación con la población blanca o blanqueada. Por ello, se requiere un esfuerzo activo para crear condiciones justas y equitativas.

Finalmente, el cuarto pilar se centra en la “antidiscriminación”. En un país tan marcado por el racismo como México, no es suficiente con simplemente “no ser racista”. Es fundamental adoptar una postura antirracista, evidenciando y denunciando cualquier forma de discriminación.