El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que su propósito nunca fue encarcelar a los expresidentes que, bajo su perspectiva, dañaron al país durante casi cuatro décadas, sino estigmatizar la corrupción que les permitió hacerlo.

En conferencia de prensa matutina, el mandatario respondió a los cuestionamientos que se le hicieron por no ejercer acciones legales contra Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.

“Yo fui muy claro desde que tomé posesión en el discurso… Hablé de que teníamos que optar entre meter a la cárcel a muchos que habían cometido actos de corrupción, empezando por expresidentes, o pensar en el futuro, darle vuelta a la página, y demostrar que era posible acabar con la corrupción”, justificó.

A decir de López Obrador, haber encarcelado a los exdirigentes hubiera sido pura faramalla como en otros gobiernos, en los que se detenía a líderes de forma espectacular con fines de entretención y aplausos.

El mandatario se refirió particularmente a los sexenios de Salinas y Calderón: el primero, por entregar bienes públicos al sector privado; al segundo, por orquestar un fraude electoral y declararle la guerra al crimen organizado.

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“Dijimos ‘eso no, vamos a que se lleve a cabo una verdadera transformación, y vamos a hacer que se ponga en la agenda, en los primeros lugares, el problema de la corrupción y vamos a hacer conciencia en eso y vamos a estigmatizar la corrupción’”, explicó.

El objetivo, sostuvo, era demostrar que la corrupción política es la causa de la desigualdad económica y de la pobreza en el país.

Para hacerlo, añadió, trataría de que su gobierno lo hiciera poniendo el ejemplo, porque encarcelar a los corruptos “nos iba a llevar muchísimo tiempo”, y ello no hubiera permitido sentar las bases de su gobierno.

“Es justicia también la no repetición”, remarcó.

López Obrador reiteró que su gobierno no ha presentado ninguna denuncia contra expresidentes, por lo que lo más cercano a ello es una consulta pública de 2021 sobre juzgarlos con fines de encarcelamiento.

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“Sabía que al final me iban a decir los mismos mafiosos que yo había tolerado la corrupción”, comentó sobre los motivos por los cuales impulsó esa consulta, que al final no tuvo carácter vinculatorio por no alcanzar una participación social mayor a 40 %.

La mayoría del 7 % de los votantes, reconoció, pidió que se iniciara un proceso en contra de los expresidentes.

“Ya no es como antes. Ya esa tolerancia a la corrupción, el aplaudir a los corruptos, el que se dedicaran a robar y no perdieran ni siquiera su respetabilidad, ya eso ya no existe”, aseguró.