Michoacán enciende el alma de sus tradiciones: se presenta la Semana de la Noche de Muertos 2025
evangelio | 9 octubre, 2025

Este jueves, el Gobierno de Michoacán presentó la Semana de la Noche de Muertos 2025, reafirmando el papel del estado como el corazón espiritual de una tradición que el mundo entero observa con asombro.

Reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad desde 2008, la Noche de Muertos no solo es una festividad: es una cosmovisión viva que hunde sus raíces en los rituales purépechas prehispánicos y que, con el tiempo, se entrelazó con el calendario católico para dar lugar a una de las expresiones más profundas del mestizaje cultural mexicano.

La presentación, encabezada por el secretario de Turismo estatal, Roberto Monroy García, evocó el espíritu de esa dualidad: la unión entre la fe y la memoria, entre la vida y la muerte. En su mensaje, Monroy recordó que Michoacán no celebra a los muertos con tristeza, sino con respeto y belleza. “Aquí, los vivos no despiden: esperan”, dijo.

Las raíces de esta práctica se remontan a los pueblos purépechas del lago de Pátzcuaro, donde se creía que las almas regresaban cada año para visitar los lugares que amaron. En el siglo XVI, los misioneros franciscanos adaptaron esas ceremonias al calendario cristiano del 1 y 2 de noviembre, fusionando el culto indígena a los ancestros con la festividad católica de Todos los Santos.

Desde entonces, las comunidades lacustres han conservado una liturgia única que sobrevive al paso del tiempo: limpiar las tumbas, preparar alimentos favoritos de los difuntos, encender velas toda la noche y acompañar el retorno con cantos y rezos.

Cada pueblo ha añadido su propio sello. En Janitzio, las familias cruzan el lago en canoas iluminadas para pasar la noche en el panteón insular, una escena que se ha convertido en ícono internacional.

En Tzintzuntzan, los altares se montan con arcos de flores que simbolizan el umbral entre los dos mundos. En Santa Fe de la Laguna, las casas se convierten en ofrendas vivas: cada familia abre su puerta para compartir tamales, atole y recuerdos.

La edición 2025, que se celebrará del 24 de octubre al 2 de noviembre, incluirá una amplia programación cultural: exposiciones, concursos de altares, talleres artesanales, proyecciones, conciertos y recorridos simbólicos por los pueblos del lago.

Bajo la marca Visit Michoacán, el estado busca reforzar la conexión entre identidad, turismo y economía local, reconociendo que cada vela encendida también ilumina el sustento de cientos de familias artesanas, floricultoras y cocineras tradicionales.

Historiadores locales recuerdan que antes del cempasúchil, introducido por los mexicas como “flor de los muertos”, las comunidades purépechas utilizaban flor de nube y hojas de pirul para guiar a las almas con su aroma.

Hoy, esas flores se mezclan en los caminos de pétalos que conducen hacia los altares, en una metáfora visual que simboliza el regreso del alma al hogar.

Cada año, Michoacán no solo revive una costumbre: reactiva su memoria colectiva. La Noche de Muertos es un espejo de lo que el pueblo ha sabido conservar, la identidad, la comunidad, el rito y la belleza frente a la muerte.

Porque en Michoacán, la muerte no tiene rostro oscuro. Tiene perfume a copal, sabor a pan, y un resplandor dorado que recuerda que la vida, aun en su silencio, nunca se extingue.

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