La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y las asociaciones ganaderas de Michoacán acordaron extender hasta marzo de 2026 el plazo para la regularización del hato pecuario en el Registro Electrónico de Movilización (Reemo), una medida que busca evitar la paralización de la comercialización de reses y fortalecer los controles sanitarios en la entidad.

El acuerdo surge tras semanas de presión de los productores, quienes advirtieron que la aplicación inmediata de sanciones habría afectado la movilidad de más de un millón de cabezas de ganado que aún no cumplen con los requisitos del sistema. Michoacán es uno de los principales estados productores del país, con más de 35 mil unidades de producción pecuaria registradas, pero enfrenta rezagos históricos en trazabilidad y certificación sanitaria, elementos indispensables para acceder a los mercados de exportación.

De acuerdo con la delegación estatal de la Sader, la prórroga permitirá capacitar a pequeños ganaderos en el uso del Reemo y evitar el cierre de corrales, rastros y centros de acopio. También se reforzarán las inspecciones para prevenir el traslado irregular de animales y el uso de documentos apócrifos, una práctica común en regiones de la Tierra Caliente y el Bajío michoacano.

El presidente de la Unión Ganadera Regional de Michoacán, Eduardo Maldonado, celebró el acuerdo al considerarlo un “respiro técnico y económico” para el sector. “La trazabilidad no puede imponerse sin infraestructura. Hay comunidades donde ni siquiera hay acceso a internet o personal capacitado para realizar el registro”, señaló.

A nivel nacional, la medida se enmarca en un proceso más amplio de actualización del Sistema Nacional de Identificación Individual de Ganado (SINIIGA), que busca homologar la información del hato bovino con fines de sanidad y exportación. Estados como Jalisco, Sonora y Veracruz ya habían solicitado prórrogas similares tras detectar irregularidades en los censos y dificultades logísticas para el registro.

Michoacán, que exporta carne principalmente a Estados Unidos, Centroamérica y Medio Oriente, debe acreditar trazabilidad completa para conservar su estatus sanitario. El Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria advirtió que la falta de cumplimiento podría derivar en la suspensión temporal de permisos de exportación, con impactos directos en el ingreso de cientos de familias dedicadas a la ganadería de pequeña escala.

En paralelo, la Sader anunció una campaña de regularización intensiva que incluirá módulos itinerantes, asistencia técnica y simplificación de trámites digitales. Con ello se busca que, al cierre del año, el 90 % del hato michoacano esté completamente identificado y certificado.

La prórroga representa un alivio momentáneo, pero también una advertencia: el sector pecuario deberá modernizarse para no perder competitividad. En un mercado global cada vez más regulado, el futuro del ganado michoacano dependerá menos del tamaño de sus hatos y más de la precisión de sus registros.