Con la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, México se encuentra ante desafíos delicados en los ámbitos de migración y seguridad, de acuerdo con un análisis de la organización México ¿Cómo Vamos?.
En migración, el informe destaca cambios en las políticas mexicanas, como la desaparición de fideicomisos para refugios y el uso de la Guardia Nacional para la detención de migrantes.
Además, la reducción en el presupuesto del Instituto Nacional de Migración (INM) ha provocado graves incidentes y un manejo inadecuado de los recursos necesarios para brindar atención digna y segura a la población migrante.
A pesar de las limitaciones, el INM ha incurrido en sobreejercicio de sus recursos, gastando hasta el doble de lo aprobado, lo que exige una gestión más eficiente bajo la futura administración.
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En cuanto a seguridad, el crimen organizado, el tráfico de fentanilo y la violencia en el país son percibidos como problemas de seguridad nacional por Estados Unidos.
Esa situación afecta las relaciones diplomáticas y la inversión extranjera, ya que muchas empresas evitan establecerse en regiones con altos índices de inseguridad, limitando así el crecimiento económico.
La alta tasa de homicidios dolosos es un indicador alarmante, con siete estados que superan el promedio nacional, lo que puede intensificar las demandas de mayor seguridad en la frontera.
Mientras que estados como Tlaxcala y Yucatán reportan bajos índices, otros como Nuevo León y Zacatecas enfrentan un aumento alarmante.
Ese fenómeno no solo afecta la soberanía de México, sino que también podría desencadenar presiones e intervenciones por parte de Estados Unidos para controlar el tráfico de drogas en las zonas más vulnerables.