La decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de cancelar el programa CBP One, que facilitaba el acceso al asilo, ha llevado a cientos de migrantes a solicitar refugio en México.
La medida coincide con el inicio de una serie de políticas más restrictivas por parte de la administración estadounidense, que incluye la deportación de millones de migrantes indocumentados y el refuerzo de la seguridad en la frontera con la movilización de mil 500 militares.
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Muchos de los migrantes, provenientes de países latinoamericanos, se encuentran varados en el sur de México y se niegan a regresar a sus países de origen debido a situaciones de pobreza, violencia o persecuciones políticas.
Ante la crisis migratoria, la presidenta Claudia Sheinbaum ha abierto la posibilidad de regularizar a migrantes o repatriarlos con su consentimiento.
De acuerdo con cifras oficiales, México otorgó refugio a casi 23 mil extranjeros entre enero y noviembre de 2024.
Por su parte, la organización humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF) criticó la eliminación del CBP One como una “medida irresponsable” que expone a los migrantes a mayores peligros en una ruta marcada por la violencia extrema.