El presidente de Argentina, Javier Milei, promulgó un decreto de necesidad y urgencia (DNU) que dejará sin empleo a más de siete mil empleados públicos a partir del 1 de enero, al mismo tiempo de que advirtiera que no quedará ninguna empresa pública en el país.
La Navidad fue oscura para millones de argentinos, quienes no pudieron cubrir el costo de una cena básica por los precios privativos para un gran porcentaje de habitantes, con los negocios reduciendo sus ventas al mínimo.
Milei, desde que asumió el cargo, ha desafiado al Congreso, llegando incluso a menospreciarlo abiertamente; en su primera presentación, el 10 de diciembre, se dirigió de espaldas al recinto, lo que generó sorpresa y rechazo.
Te puede interesar: Decenas de miles de argentinos protestan contra Javier Milei
La reacción de la gente, manifestada en cacerolazos y convocatorias espontáneas, se ha interpretado como una respuesta a la amenaza percibida en el discurso oficial y los medios de comunicación.
La población está rechazando de manera casi generalizada la normalización de un nuevo status quo y se muestra preocupada por las políticas propuestas por el gobierno.
El protocolo de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, ha mostrado su inoperancia desde la mañana del 20 de diciembre, militarizando el centro de Buenos Aires sin poder contener a los miles de manifestantes que arribaron a la Plaza de Mayo en memoria de las víctimas de la represión a un levantamiento en 2001, que dejó casi 50 muertos.