Este domingo, un misil disparado por los rebeldes hutíes de Yemen cayó en el centro de Israel, y aunque no causó víctimas, intensifica las tensiones a poco menos de un año del inicio de la guerra que Tel Aviv lanzó contra el movimiento palestino Hamás en Gaza.
La ofensiva de los hutíes se enmarca en una serie de acciones en solidaridad con los palestinos desde el inicio de la ofensiva israelí el pasado 7 de octubre.
En esta ocasión, los rebeldes afirmaron haber utilizado un “nuevo misil balístico hipersónico” con el objetivo de atacar una posición militar en Jaffa, una ciudad portuaria cercana a Tel Aviv.
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Los líderes hutíes emitieron una advertencia tras el ataque: “El enemigo israelí debe esperar nuevos ataques (…) en vísperas del primer aniversario de la bendita operación del 7 de octubre”.
La reacción de Hamás no se hizo esperar, celebrando el ataque como un acto de resistencia y reafirmando que “Israel no estará en seguridad hasta que detenga su brutal agresión en Gaza”.
Osama Hamdan, un alto responsable del movimiento islamista, destacó que el impacto del misil evidencia los “límites” de las defensas israelíes.
No es el primer enfrentamiento entre las fuerzas israelíes y los hutíes; en julio, los yemeníes habían lanzado un ataque con dron contra Tel Aviv que resultó en la muerte de un civil. Como represalia, Israel bombardeó el puerto de Hodeida, controlado por los rebeldes.