El Bosque Cuauhtémoc, considerado uno de los espacios verdes más emblemáticos de la capital, enfrenta un marcado deterioro en sus senderos y áreas deportivas, situación que ha generado inconformidad entre los usuarios que acuden diariamente a ejercitarse o convivir en familia.
Uno de los principales reclamos se centra en la pista para caminar y correr, la cual, durante la temporada de lluvias, se convierte en un terreno encharcado y lodoso que dificulta el tránsito de corredores y peatones. “Con la lluvia es muy complicado, el lodo tapa varios tramos y a veces prefiero irme por el adoquín para evitar caídas”, señaló Michelle Hernández, quien utiliza regularmente el bosque para entrenar.
Además, los aparatos del gimnasio al aire libre presentan desgaste y falta de mantenimiento, mientras que otras zonas muestran grafitis y daños visibles, entre ellos el quiosco central. Pese a estas condiciones, quienes visitan el lugar destacan que sigue siendo un punto atractivo por su amplitud y sombra, aunque insisten en la necesidad de una intervención municipal.
“Es un sitio muy agradable, pero sí da tristeza verlo deteriorado. Con un buen mantenimiento sería mucho más aprovechable”, comentó otro de los corredores habituales.
El Bosque Cuauhtémoc continúa siendo un punto de encuentro esencial para la vida cotidiana de los morelianos, aunque el llamado de la ciudadanía es claro: urge una estrategia de conservación para preservar uno de los pulmones verdes más importantes de la ciudad.
