Muere “Don Nico”, el heladero de Guanajuato atacado a balazos mientras transmitía en vivo
evangelio | 11 octubre, 2025

Durante semanas, José Guadalupe Casas Rodríguez, conocido en Salvatierra como Don Nico, había utilizado su celular como herramienta de denuncia. Desde su página “Helados Nico”, grababa los caminos llenos de baches, los charcos, las calles olvidadas por las autoridades. El 8 de octubre de 2025, esa transmisión terminó en tragedia.

Mientras mostraba los daños de la carretera que conecta a la comunidad de Urireo, una motocicleta se aproximó por detrás. En segundos, se escucharon disparos. La cámara siguió encendida: Don Nico cayó al suelo mientras su voz, entrecortada, dejó sus últimas palabras.

“Ya me mataron, corazón… Te amo, cuida a mis niños… Se me está yendo el aliento.”

El ataque ocurrió en plena transmisión en vivo, ante los seguidores que lo veían desde redes sociales. Testigos señalaron que los agresores huyeron de inmediato. Don Nico fue trasladado al Hospital General de Celaya con heridas en la pelvis, el glúteo y la pierna. Permaneció varios días hospitalizado hasta que, la madrugada de este sábado, murió a causa de las lesiones.

La Fiscalía General del Estado de Guanajuato confirmó la muerte e informó que abrió una carpeta de investigación por homicidio doloso. Hasta ahora no hay detenidos. El gobierno municipal de Salvatierra expresó “profundo pesar” y condenó el crimen, comprometiéndose a colaborar con las autoridades estatales para esclarecer los hechos.

José Guadalupe tenía 43 años, esposa y tres hijos. Era conocido no solo por vender helados, sino por su carácter frontal al señalar irregularidades en su comunidad. Sus transmisiones se habían vuelto virales por el tono directo y por la frase con la que solía terminar cada video: “Si no lo decimos nosotros, ¿quién lo va a decir?”

De acuerdo con reportes de El País y Infobae, el heladero ya había expresado temor por represalias debido a sus denuncias públicas. Aun así, continuó transmitiendo.

El caso de Don Nico ha generado indignación nacional. En redes sociales, usuarios exigen justicia y advierten que su asesinato simboliza el riesgo de alzar la voz en regiones donde el crimen y la omisión oficial conviven a la vista de todos.

En un país donde cada año se registran miles de agresiones contra periodistas, activistas y ciudadanos que documentan su entorno, la muerte de Don Nico vuelve a poner sobre la mesa una pregunta urgente:
¿hasta dónde llega la libertad de hablar cuando denunciar puede costar la vida?

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