Muere electrocutado al intentar robar cobre en unidad deportiva de Morelia
evangelio | 28 junio, 2025

La madrugada del jueves, un hombre perdió la vida electrocutado tras intentar robar cableado de cobre en un centro de transformación eléctrica ubicado dentro de la Unidad Deportiva “Wenceslao Victoria”, al norte de la ciudad de Morelia. El hallazgo, confirmado por autoridades municipales, expone nuevamente los riesgos extremos vinculados al robo de infraestructura energética en la capital michoacana.

De acuerdo con los primeros reportes, el cuerpo fue localizado por empleados del complejo deportivo alrededor de las 4:00 de la mañana, dentro de una caseta de concreto que resguarda equipo de la Comisión Federal de Electricidad (CFE). El lugar se ubica a un costado del auditorio del recinto deportivo.

Al sitio acudieron elementos de la Policía Morelia, bomberos y paramédicos, quienes confirmaron que el hombre ya no presentaba signos vitales. El cadáver presentaba evidentes quemaduras por descarga eléctrica. Fue necesaria la intervención del personal de la CFE para suspender temporalmente el suministro eléctrico y permitir así las maniobras forenses.

Horas más tarde, la víctima fue identificada como Gilberto L., de 40 años de edad, originario del municipio de Turicato. Vestía pantalón de mezclilla, playera roja y sudadera negra. De acuerdo con las autoridades, el hombre no contaba con equipo de protección ni herramientas profesionales; presuntamente ingresó al lugar con la intención de sustraer el cableado del transformador, motivado por el valor comercial del cobre en el mercado negro.

Robo de cobre: una actividad en crecimiento

Aunque trágico, este caso no es aislado. El robo de materiales metálicos, particularmente cobre, ha registrado un repunte en Morelia durante los últimos años, afectando desde luminarias públicas y pozos de agua hasta transformadores eléctricos. Según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, tan solo en 2024 se abrieron más de 5 mil carpetas de investigación en México por robo de infraestructura, muchas de ellas relacionadas con el saqueo de instalaciones eléctricas o ferroviarias.

El cobre, altamente cotizado en el mercado informal, es vendido por kilo a intermediarios que, en muchos casos, operan fuera de cualquier regulación. El riesgo, sin embargo, es elevado: la manipulación de sistemas energéticos sin conocimiento técnico ha cobrado vidas en distintos puntos del país.

La Fiscalía General del Estado de Michoacán (FGE) inició una carpeta de investigación para esclarecer si Gilberto actuó solo o si contaba con cómplices. Asimismo, se revisarán las cámaras de vigilancia del lugar y se evaluará si la caseta contaba con señalización adecuada o medidas preventivas de seguridad.

Por su parte, autoridades locales han reiterado su llamado a la población a no intervenir en infraestructura eléctrica y han solicitado a la CFE reforzar el blindaje físico de estos puntos sensibles, especialmente en espacios públicos donde no existe vigilancia permanente.

Este incidente ilustra un fenómeno de fondo que va más allá del robo: el empobrecimiento progresivo de sectores vulnerables, la falta de oportunidades laborales y el crecimiento del mercado ilegal de metales. La muerte de Gilberto L. es también reflejo de una cadena de omisiones: institucionales, económicas y sociales.

En Michoacán, como en muchos estados de la república, el robo de cobre se ha convertido en un reto cotidiano para autoridades municipales, empresas de servicios y comunidades. No es solo un delito patrimonial, sino un síntoma de una ciudad que convive con la precariedad energética, la impunidad y la informalidad criminalizada.

Comparte