Tras la sentencia de cuatro años y medio de cárcel que recibió el exfutbolista profesional Dani Alves por agresión sexual, pocas figuras del mundo del futbol son las que han emitido una postura al respecto.

Al conocer el fallo que emitió el tribunal de la Audiencia de Barcelona, el silencio es lo que ha predominado en el gremio futbolístico y sólo un par de clubes realizaron acciones con las que condenaron el actuar del brasileño.

La postura que más eco ha tenido es la del Barcelona, equipo en el que Dani Alves brilló, pero que ahora el club ha decidido retirarle la etiqueta de leyenda y su historial como jugador azulgrana ha desaparecido del apartado honorífico de la web del equipo.

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En su momento, al exlateral se le incorporó a dicha sección a lado de jugadores como Lionel Messi, Jordi Alba, Sergio Busquets, Andrés Iniesta, Luis Suárez, Gerard Piqué, entre otros.

Por su parte, el Bahía de Brasil, equipo en el que debutó Dani Alves, ya se encuentra analizando retirar una estatua que le realizaron a manera de homenaje en 2020.

El exjugador inició su carrera profesional en dicho club, pero ahora ellos ya no quieren saber nada de él, pues la iniciativa de desconocerlo ha surgido de los propios hinchas, quienes se han dedicado a vandalizar la estatua.

Clubes como el Sevilla de España y los Pumas de México, así como excompañeros de Dani Alves, no han expresado alguna opinión sobre la sentencia que recibió el exjugador.

Otros agresores

El caso de Dani Alves no es el único en el ambiente futbolístico, pues otros jugadores se han visto inmersos en escándalos de este tipo.

Uno de ellos es Robinho, brasileño que fue hallado culpable por el mismo delito que Dani Alves, al haber abusado de una joven de 23 años en una discoteca de Italia.

Dicho hecho ocurrió en 2013, pero fue hasta 2017 cuando se inició un proceso legal en contra del exjugador del Real Madrid, Manchester City y Milán.

Pese a que fue condenado a nueve años de prisión, hasta el momento Robinho ha logrado evitar cumplir su condena gracias a que escapó y se refugió en su natal Brasil, país que no contempla la extradición de sus ciudadanos que viven en Italia.