Lo primero que aparece en la cancha del estadio Ciudad Deportiva de la Ciudad de México es la bandera con los colores rojo, naranja, amarillo, verde, azul y morado. El mismo símbolo de la comunidad LGBT+ también está sellado en las camisetas de los futbolistas y en las gradas de la afición.
Son los Muxes, palabra que en zapoteco significa “tercer género”, y que en nuestro país, y probablemente en el mundo, se han convertido en el primer equipo de futbol profesional incluyente con la comunidad diversa sexual.
Juegan en la Tercera División Profesional (TDP) desde septiembre del 2020, pero en realidad todo comenzó a finales de 2018, cuando un grupo de aficionados al futbol decidió crear un equipo exclusivamente con integrantes de la comunidad LGBT+.
Marco Antonio Almaraz Cristain, uno de los fundadores de aquella iniciativa y actual miembro de la directiva, relata para Evangelio que en un inicio se trató de un equipo de futbol 7 que tenía la finalidad de ser un espacio seguro para la comunidad.
Sin embargo, de manera sorpresiva, la identidad del equipo fue creciendo de manera acelerada gracias a la creación de redes sociales que despertó el interés de más jóvenes que querían sumarse al proyecto.
“Ante ello, optamos por tener un equipo en la TDP. Nos acercamos a la Federación Mexicana de Futbol para adquirir la franquicia, y pues fue un proceso de un año el que invertimos en la conformación de la plantilla y el cuerpo técnico”, narra.
Muxes hizo su debut de manera profesional ganando 4-0 ante el Politécnico, pero el proyecto no se ha quedado ahí nada más, pues se sigue manteniendo la categoría libre con los fundadores del club, una más en rama femenil y en 2021 se creó un centro de formación para las modalidades formativas.
“La verdad es que creemos que vamos a pasos agigantados con los logros que hemos alcanzado, pues en el plano deportivo ya conseguimos exportar a más de diez jugadores a equipos que juegan en la Liga de Expansión, como es el caso de Evan Jiménez, quien ya salió campeón con el Atlante”.
Luchar contra la homofobia
Marco Antonio Almaraz señala que el camino para hacerse del respeto en el mundo del futbol no ha sido sencillo, pues durante su primer año en la TDP reconoce que tuvieron que luchar constantemente contra la homofobia.
“El hecho de ser un equipo nuevo que lleva como estandarte la bandera LGBT+ hizo que nos enfrentáramos a burlas, discriminación y homofobia tanto de los rivales como de su afición en las gradas. Incluso, en una ocasión el mismo cuerpo arbitral se mofó de nosotros sin importar que ellos eran la autoridad”.
Este tipo de actitudes no solamente provenían de los contrincantes, ya que también existían familiares de los jugadores que no estaban de acuerdo con la filosofía que se practica en el club.
A decir de Almaraz Cristain, el abuelo de uno de los futbolistas cuestionó seriamente a su nieto por unirse a las filas de Muxes y lo acusó de ser “maricón”, pero al paso de la temporada se percató de que tenía conceptos sociales y culturales erróneos.
A través de los resultados deportivos, en el que Muxes se ha colocado como uno de los equipos protagonistas cada torneo, se ha ido combatiendo a la homofobia y, de acuerdo con Marco Almaraz, en la última temporada ya no vivieron ningún acto de discriminación.
“Nos hemos ganado el respeto, creo que algo que fue clave es que nosotros nunca caímos en responder las agresiones de las que éramos víctimas; es decir, si nos insultaban, lo que hacíamos era reaccionar con goles y siendo líderes de la competencia”.
Esa misma sintonía que se tiene en la cancha, refiere que también se ha logrado con la afición, pues de a poco han ido percibiendo que se acercan personas a los partidos que no tienen ninguna relación con la plantilla, sino que son seguidores que se enamoraron del proyecto.
Cuidar los filtros
Actualmente en la plantilla que participa en la TDP se tiene solamente a un jugador que es abiertamente de la comunidad diversa sexual, pero el fundador de Muxes aclara que para formar parte del club es obligatorio coincidir con la filosofía que proyectan.
En ese sentido, comenta que han establecido filtros para proteger los intereses del club y asegurarse que dentro del equipo no existan jugadores que actúen de manera contraria a la inclusión.
“El primer filtro es el de los propios futbolistas, pues alguien que es homofóbico o no está de acuerdo con los ideales institucionales no va a querer estar. Pero ya una vez formando parte de Muxes, se le toma en cuenta su talento y nivel competitivo, pero también nos fijamos en el ser humano, que sea alguien afín a nuestros ideales”.
Para consolidar esta parte, en el club juegan un papel trascendental los fundadores, ya que son ellos quienes constantemente ofrecen conversatorios en los que comparten sus experiencias como jugadores LGBT+, además de que buscan eliminar tabúes que se tienen con respecto a la comunidad.
Ser un parteaguas en México
A diferencia de la Liga Mx Femenil, donde las expresiones de amor entre jugadoras son frecuentes y más aceptadas, en la rama varonil sigue siendo un tema de prejuicio y negación como una consecuencia del machismo que gira en torno al futbol.
Marco Almaraz es claro al afirmar que con Muxes quieren convertirse en un parteaguas del futbol mexicano. Sueñan con algún día estar en la primera división y luchar contra el machismo que impide que los futbolistas sean abiertos en cuanto a sus preferencias sexuales.
“Ya el próximo año queremos estar ganando el ascenso a la Liga Premier, ya sea en Serie ‘A’ o ‘B’. Sabemos que el futbol es un deporte machista y que es complicado que un hombre se abra sobre sus preferencias. No será fácil el camino y que tardará muchos años en que se cambie el chip, pero nos sentimos responsables al ser los pioneros”.
La misión principal de Muxes es decirle a la gente que da igual si te gusta el color azul o el rosa, que cualquiera de ambas cosas está bien, y que cuando se trata de futbol, el balón no discrimina, o como lo complementa de mejor manera Marco Antonio Almaraz Cristain: “En esta cancha, todos pateamos hacia la misma portería”.