Decenas de delegados abandonaron el salón de la Asamblea General de la ONU este viernes 26 de septiembre, justo cuando el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, iniciaba su discurso. Mientras algunos se retiraban, los asistentes en el balcón le brindaron una ovación de pie en respaldo a su intervención.
Durante su mensaje, Netanyahu aseguró que Israel continuará la guerra contra Hamás en la Franja de Gaza y envió un mensaje a los rehenes que permanecen en poder de los militantes, asegurando que “no han sido olvidados”. La ofensiva militar ha dejado más de 65 mil muertos y gran parte del territorio devastado, según autoridades sanitarias locales.
El primer ministro también rechazó la creación de un Estado palestino, calificándola como un “suicidio nacional” para Israel. Además, acusó a la Autoridad Palestina de estar “corrupta hasta la médula”, en medio del reconocimiento de Palestina como Estado por varios países occidentales, entre ellos Reino Unido, Canadá y Australia.
El discurso de Netanyahu generó un ambiente polarizado en la Asamblea, con manifestaciones de apoyo desde el balcón y salidas masivas de delegados, reflejando la creciente tensión y el debate internacional sobre el conflicto en Gaza y las políticas del gobierno israelí.