La comunidad cristiana en Cisjordania y Gaza se ve afectada por las recientes restricciones impuestas por el ejército israelí, lo que impide a muchos palestinos visitar lugares sagrados en la temporada navideña.
Según pobladores locales, la eliminación de puntos de revisión y el cierre de áreas clave en Cisjordania ha dejado a los cristianos palestinos sin la posibilidad de visitar Belén para orar en Navidad.
Shukri, un guía turístico cristiano de Belén, expresa su preocupación por la situación, afirmando que si continúan las incursiones y arrestos en Cisjordania, la región podría verse envuelta en conflictos aún mayores, incluso si se logra un cese el fuego en Gaza.
La preocupación se extiende a la comunidad cristiana en Gaza, donde cientos de personas se encuentran atrapadas en dos iglesias, la Sagrada Familia y la iglesia de San Porfirio, debido a los bombardeos y la presencia militar israelí en la región.
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Líderes religiosos han denunciado la muerte de dos mujeres, Nahida y Samar, en un presunto ataque de francotiradores israelíes mientras intentaban buscar refugio.
La tensión en la región ha generado temores sobre el futuro de la comunidad cristiana en Gaza, que actualmente enfrenta condiciones extremadamente precarias y la amenaza constante de la violencia.
La población entera saben, resignados, que sólo pueden orar para pedir que sus seres queridos se encuentren a salvo; por las calles la gente expresa su temor, porque ya han sufrido varias pérdidas.
Sami comparte la angustia de su tío, quien le pidió que no llore mucho si los matan, considerando que sería un acto de piedad debido a sus vidas desdichadas.
Los clérigos en la iglesia de la Natividad hacen un llamado a la comunidad internacional para que tome medidas concretas y ponga fin a la guerra, enfatizando la necesidad de un cese el fuego y la paz en la región.