La historia de la humanidad, inscrita en nuestros genes, está siendo reescrita a medida que investigadores desafían las teorías tradicionales sobre el origen de nuestra especie.
Durante décadas, la narrativa predominante sostenía que Homo sapiens emergió a partir de una única población ancestral en África hace aproximadamente 200 mil años, para luego dispersarse y colonizar el resto del mundo.
Sin embargo, nuevos estudios sugieren una teoría más compleja que la de una “cuna de la humanidad” única.
Investigadores encabezados por el genetista Aaron Ragsdale, de la Universidad de Wisconsin-Madison, proponen que Homo sapiens pudo haber evolucionado a partir de múltiples grupos en distintas regiones de África, intercambiando genes a lo largo de miles de años, antes de aventurarse hacia otros continentes.
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Los hallazgos más recientes indican que la diversidad genética en África es superior a la de cualquier otro lugar del mundo. Ello se debe a que los humanos han habitado el continente africano durante un periodo más largo que en otras partes del planeta, permitiendo que su genética se diversifique.
Un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Pensilvania, que secuenció los genomas de 180 personas pertenecientes a 12 grupos indígenas africanos, proporciona evidencia de que las poblaciones que habitaban África hace más de 200 mil años no eran comunidades aisladas.
En lugar de ello, se descubrió que estos grupos se cruzaban y mezclaban entre sí, sugiriendo que no hubo una sola población de donde surgieran todos los demás Homo sapiens. Por el contrario, parece que diferentes grupos coexistieron y compartieron genes a lo largo de milenios.
Dicho modelo, que presenta un retrato enredado de la evolución humana, es como un árbol con múltiples “raíces” interconectadas en lugar de un solo tronco que se divide.
A medida que la investigación avanza y se exploran nuevos enfoques, la narrativa de la historia humana continúa evolucionando, invitando a la humanidad a reconsiderar su pasado y su conexión con el continente africano, la cuna de nuestra especie.