La Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó dos resoluciones en medio del conflicto en la Franja de Gaza.
La primera, que exige un alto el fuego inmediato, incondicional y permanente entre Israel y los militantes de Hamás, fue respaldada por 158 miembros, mientras que Estados Unidos, Israel y otros siete países se pronunciaron en contra de la medida. Además, 13 naciones decidieron abstenerse de votar.
La resolución destaca la necesidad de liberar a todos los rehenes, y enfatiza la urgencia de una tregua que permita el acceso humanitario a la población afectada en Gaza.
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Aunque las resoluciones de la Asamblea General no son legalmente vinculantes, su peso político es importante y puede influir en futuras negociaciones.
Paralelamente, la Asamblea General respaldó a la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA), adoptando una segunda resolución con 159 votos a favor.
El apoyo surge en respuesta a una nueva ley israelí que prohibirá las operaciones de UNRWA en el territorio a partir de fines de enero.
La resolución exige que Israel respete el mandato de la agencia y permita que sus operaciones se realicen sin impedimentos ni restricciones.
En esa votación, Estados Unidos, Israel y otros siete países también se manifestaron en contra, mientras que 11 naciones se abstuvieron.