En medio de presiones por parte de grupos de derechos humanos judíos, el gobierno canadiense tomó la decisión de no hacer públicos los nombres de cerca de 900 presuntos criminales de guerra nazis que emigraron a Canadá tras la Segunda Guerra Mundial.
La investigación sobre esos individuos se remonta a la Comisión Jules Deschenes, que operó entre 1985 y 1987 y se encargó de investigar a personas sospechosas de haber cometido crímenes de guerra durante el conflicto.
A pesar de que el informe resultante incluyó listas de criminales nazis, gran parte de su contenido permaneció clasificado.
La situación cobró nuevo impulso tras el escándalo relacionado con un homenaje a un veterano nazi ucraniano en el Parlamento canadiense.
En respuesta a ese y otros incidentes, varios grupos han pedido a Ottawa hacer más transparente la información sobre los criminales nazis que residen en el país, a lo que el primer ministro Justin Trudeau declaró que su Gobierno “está revisando detenidamente” la desclasificación de registros.
Te puede interesar: Claudia Sheinbaum explota contra revista que la vincula al nazismo
Como parte de la revisión, la Biblioteca y Archivos de Canadá llevó a cabo una serie de consultas con miembros anónimos de la comunidad ucraniana en el país y un “grupo discreto de personas u organizaciones” para evaluar la posibilidad de revelar los nombres.
Sin embargo, las consultas generaron preocupaciones sobre el impacto que podría tener la publicación de esta información.
La decisión final de mantener los nombres en secreto se basa en dos razones: la incomodidad que podría causar al país, dado que un número significativo de exsoldados ucranianos de las Waffen SS se estableció en Canadá después de la guerra; y la preocupación de que la divulgación de estos nombres pudiera ser utilizada por Rusia para desacreditar a Ucrania en el actual conflicto entre ambos países.
De acuerdo con la información aportada por TNC, el gobierno ha decidido mantener “en su totalidad” los documentos relacionados con estos presuntos criminales de guerra en reserva, dejando en el aire las expectativas de quienes buscan accountability y justicia en un capítulo oscuro de la historia.