Se podría decir que el debut de Panteón Rococó fue con el pie izquierdo, pero no en el mal sentido de la frase, sino porque su discurso narrativo estuvo impregnado de las luchas ideológicas que a mitad de los 90 se inspiraban en el movimiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
En medio de un clima de desencanto y despertar social, en la Ciudad de México irrumpió una banda que había grabado un casete llamado Toloache pa’ mi Negra, del que se desprendió un sencillo homónimo que rápidamente llegó a oídos de una juventud chilanga sedienta de nuevas propuestas.
Para ese entonces, el reino del baile y el ska pertenecía a La Maldita Vecindad, pero Panteón tenía su toque particular, un poco más rudo, a veces rozando los límites del hardcore, del punk, como se escuchaba en el primer tema de su disco debut: No te C…, pero también sonaba a reggae puro en Es tan poco el tiempo, y en ese primer intento surgía un clásico para la eternidad: La dosis perfecta, que armó y sigue armando esa danza llamada “slam” en cada concierto que ofrecen.
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Al poco tiempo, el grupo ya alternaba con Manu Chao, Los De Abajo, Los Fabulosos Cadillacs, y formaban parte del “Vive Latino” en el 2000, ocasionando un caos por los miles de jóvenes que los querían escuchar en vivo.
Su segundo álbum de estudio fue Compañeros Musicales, producido por Flavio Cianciarulo, donde luego de una intro con aroma zapatista llega su segundo gran sencillo: La Carencia, donde se relata la miseria de la gran ciudad en la que los obreros observan cómo sube todo, menos sus salarios.
El combo está integrado por Luis Román Ibarra, también conocido como “Dr. Shenka”, Francisco Barajas, Darío Espinosa, Leonel Rosales, Felipe Bustamante, Rodrigo Bonilla, Missael Oseguera y Marco Huerta.
A casi 30 años de su debut, El Panteón dejó de ser una banda de la CDMX y se expandió a toda América Latina, con temas que todos se saben y colaboraciones con agrupaciones clave del rock en español.
Recientemente, estrenaron un tema con Los Ángeles Azules y Carlos Santana; se trata de A todos los rumberos, una cumbia muy chilanga, pero con toques de ska y los inmejorables requintos del músico tapatío.
El próximo sábado 9 de diciembre Panteón Rococó llegará al estadio Francisco Villa como parte del ¡Jalo! por la Música, donde alternará con otra banda muy querida por los mexicanos: El Gran Silencio, precursores de lo que se conoció como “La Avanzada Regia”.