Jesús Ociel Baena Saucedo fue asesinado por su pareja sentimental, Dorian Daniel Nieves Herrera, quien luego se suicidó, dio a conocer este martes el fiscal de Aguascalientes, Jesús Figueroa Ortega.
“La investigación que tenemos es que comienza una discusión entre ellos dos en la planta alta de una finca, encontramos una mancha en la cama y desorden del otro lado”, dijo el funcionario en entrevista en RadioFórmula.
“Una vez que se encontraron las necropsias, encontramos en el cuerpo del magistrado 20 heridas, 19 son superficiales con objeto cortante que nosotros detectamos como navajas de rasurar”, mencionó Figueroa.
El funcionario relató que hallaron varias huellas de pisadas de sangre, además de un goteo que sugiere que Baena Saucedo aún se encontraba con vida cuando bajó las escaleras después del ataque con las navajas.
“Una de las heridas, la mortal, fue provocada en la yugular, en su cuello, lo que provocó el sangrado abundante en el magistrade”.
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Ambos cuerpos fueron encontrados en la planta baja del domicilio donde residía Baena. En las manos de su pareja se encontraron heridas cortantes en varios dedos, lo que, según la autoridad, indica su responsabilidad.
“Nosotros calculamos que subió por otra navaja más y se provoca una herida en la parte frontal de su cuello, fina, amplia, que le provoca la pérdida de la vida y ambos cuerpos quedan a centímetros uno de otro”, dijo el fiscal.
Sin embargo, la teoría fue señalada por poco creíble incluso por el propio fiscal. “Puede parecer una hipótesis, para muchas personas, poco creíble, pero estamos siendo cuidadosos, sobre todo para dejar el registro y conservación de todos estos indicios y eso sin mencionarte toda la inspección que se realizó sobre el lugar”, aclaró Figueroa.
Casi un día después de la muerte de ambos, aún no se tienen los resultados de las pruebas de toxicología para determinar si Baena y Nieves se encontraban bajo los efectos del alcohol u otras sutancias.
Las circunstancias de la muerte del magistrade generaron suspicacia entre la opinión pública. Por un lado, los cuestionamientos sobre si se trata o no de un crimen de odio en función a la identidad de género, o bien, de la propia preferencia de su pareja sentimental, a quien hoy se le responsabiliza del asesinato y su suicidio.