Hace 63 años, África sufrió la pérdida del líder congoleño Patricio Lumumba, un destacado defensor de la lucha contra la colonización del Congo y el primer jefe de Gobierno de su país tras lograr la independencia de Bélgica.
El asesinato de Lumumba fue el resultado de su oposición a los poderes occidentales que durante mucho tiempo se habían aprovechado de los recursos naturales del Congo, sumiendo a su población en la extrema pobreza y la desigualdad.
Antes de su muerte, Lumumba escribió a su esposa e hijos: “Ninguna brutalidad, maltrato o tortura me ha doblegado, porque prefiero morir con la cabeza en alto, con una fe inquebrantable y una profunda confianza en el futuro de mi país, a vivir sometido y pisoteando principios sagrados”.
Nacido el 2 de julio de 1925 en Onalua, Katakokombe, Congo, Lumumba fue un líder anticolonialista y el primer primer ministro de la República Democrática del Congo, durante el período de junio a septiembre de 1960.
A pesar de ser expulsado de varias escuelas misionales, logró educarse por sí mismo, y fundó en 1958 el Movimiento Nacional Congolés, que abogaba por la creación de un Estado independiente y laico, con estructuras políticas unitarias que fomentaran el sentimiento nacional.
Lo anterior le valió ganar el cargo de primer ministro en las primeras elecciones libres en 1960; sin embargo, la retirada de los belgas del territorio provocó más inestabilidad, generando conflictos políticos, pronunciamientos militares, ataques a la población balnaca y disturbios generalizados.
Te puede interesar: Fallece el escritor José Agustín
A pesar de que Lumumba presentó sus reclamos ante la ONU sobre la soberanía de su país y solicitó la expulsión de las tropas belgas, no obtuvo respuesta.
Por ello, buscó apoyo en la Unión Soviética, lo que desencadenó un enfrentamiento con Estados Unidos en plena Guerra Fría, por lo que la CIA actuó para eliminarlo.
Tras la independencia del Congo, Bélgica dejó al país en una difícil situación económica y retiró su apoyo en sectores como la salud y la educación. Posteriormente, un golpe de Estado y la intervención de Joseph-Désiré Mobutu, bajo influencia de Estados Unidos y Bélgica, llevaron a su derrocamiento, detención y asesinato.
Lumumba fue asesinado por defender la independencia de su país y oponerse al colonialismo y al imperialismo estadounidense.
En 2001, el parlamento belga reconoció la responsabilidad de su país en el asesinato de Lumumba, y Estados Unidos también admitió su participación.