Durante la gran recesión entre 2008 y 2014, la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) ejerció presión sobre los gobiernos del sur de Europa, lo que impactó en sus mercados laborales, especialmente en Grecia, Portugal, España e Italia.

Esos países comparten modelos económicos y sistemas de relaciones laborales similares, en los que el Estado ha tenido un papel protector del trabajo frente al capital, garantizando el trato más favorable para los trabajadores, favoreciendo la intermediación sindical y asegurando la persistencia de las condiciones de los contratos colectivos.

Sin embargo, la afiliación sindical ha sido históricamente baja, en parte debido a la extensa cobertura de la negociación colectiva que ha fomentado el problema del “polizón”, donde algunos se benefician del esfuerzo de otros.

Grecia, enfrentando una situación económica urgente, implementó reformas laborales entre 2010 y 2012 bajo la presión de la troika, desregulando e individualizando las relaciones laborales y reduciendo los derechos sociales.

Esas reformas permitieron que los convenios de empresa prevalecieran sobre los sectoriales, empeorando las condiciones laborales al cesar una vez finalizado el periodo de vigencia.

Las reformas promovieron un cambio hacia un sistema individualizado de relaciones laborales, otorgando a las empresas mayor poder para fijar y cambiar las condiciones laborales a su conveniencia.

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Las patronales obtienen su tamaño y fuerza a través de su participación en la negociación colectiva sectorial, su capacidad para limitar las demandas sindicales y su influencia en las políticas económicas y laborales.

Durante la crisis en la eurozona, las reformas laborales redujeron la afiliación a las patronales en los países del sur de Europa.

El malestar por la precarización del trabajo en España, Portugal y Grecia generó movimientos sociales de protesta, los cuales, llevaron al surgimiento de nuevos partidos de izquierda, como Syriza en Grecia.

La representación sindical y la negociación tripartita siguen siendo importantes ante la precarización del mercado laboral, pero la afiliación de trabajadores jóvenes es un desafío pendiente debido a la precarización del trabajo y el envejecimiento de los afiliados sindicales.