Organizaciones indígenas de Michoacán advirtieron que más de cincuenta activistas continúan desaparecidos en diversas regiones del estado, una cifra que, pese al paso del tiempo, no ha tenido avances significativos en su esclarecimiento. Para las autoridades comunitarias, esta ausencia de resultados evidencia un deterioro profundo en la seguridad de los territorios y una desprotección sostenida hacia quienes defienden sus recursos y su vida colectiva.
El Consejo Supremo Indígena señaló que las desapariciones se concentran principalmente en la Meseta Purépecha, la sierra y la costa, zonas donde el crimen organizado ha incrementado su presencia e influencia. En muchos casos, los activistas desaparecidos enfrentaban conflictos agrarios, amenazas de talamontes o disputas por la defensa del territorio. Las comunidades aseguran que, en más de una ocasión, hubo advertencias previas que no fueron atendidas por las autoridades.
Representantes tradicionales consideran al Estado mexicano uno de los responsables principales por la falta de mecanismos efectivos de protección. Señalan que las fiscalías acumulan expedientes sin avances y que los operativos de búsqueda son esporádicos, tardíos y sin coordinación real. La desconfianza institucional ha aumentado al mismo ritmo que la vulnerabilidad en las comunidades originarias.
En la zona costera, la situación tampoco ofrece señales de mejoría. Registros comunitarios revelan que la presión de grupos delictivos ha limitado actividades esenciales, desde la pesca y la agricultura hasta las reuniones de organización interna. Este ambiente de inseguridad ha generado desplazamientos silenciosos y una sensación de aislamiento entre los propios habitantes.
El Consejo Supremo Indígena insiste en la necesidad de una estrategia integral que involucre seguridad comunitaria, acciones de búsqueda con enfoque territorial, fortalecimiento de la justicia y garantías de protección para defensores. Advirtió que, mientras no exista un compromiso real del Estado, los riesgos continuarán presentes para quienes defienden el territorio y la vida comunitaria.