El peso terminó agosto con una desaceleración con respecto a la tendencia que había presentado durante julio, luego de que llegó a posicionarse en 16.67 unidades por dólar, un nivel que no se alcanzaba desde inicios de diciembre de 2015.
Los factores que han ayudado a la apreciación de la moneda mexicana desde 2022 a la fecha son: flujos de dólares que llegan a México por exportaciones, remesas e inversión extranjera directa, política monetaria restrictiva del Banco de México y aumento de inversiones extranjeras en pesos.
El peso cerró agosto ligeramente por encima de los 17 pesos, su primer mes de pérdidas desde diciembre de 2022, pero dicho retroceso no es motivo de alarma.
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La Comisión de Cambios, integrada por funcionarios de la Secretaría de Hacienda y del Banco de México, ordenó a Banxico reducir su programa de coberturas cambiarias de manera gradual, debido a que la economía del país es sólida y su volatilidad es menor en comparación a los otros mercados internacionales.
Además, influyó el factor externo del fortalecimiento del dólar debido a que el consumo privado en Estados Unidos subió más de lo que se tenía previsto, sin embargo, con la decisión de la Comisión de Cambios no se esperan depreciaciones fuertes para el peso.
Para el cierre de 2023, es probable que el peso mexicano se ubique entre las 17.25 y 17.75 unidades por dólar, una cifra menor a la que se tenía proyectada de 17.96 pesos por “billete verde”.