La comunidad indígena de Pichátaro, en el municipio de Tingambato, se atrincheró ante las incursiones de grupos delictivos en la región purépecha de Michoacán.
Luego de la emboscada en la que murieron dos guardias comunitarios, la comunidad cerró sus accesos para evitar más ataques del crimen organizado.
Con árboles, ramas, rocas e incluso con la destrucción de caminos, bloquearon la carretera estatal que va de San Juan Tumbio, Huiramangaro, Pichátaro y también hacia San Isidro y Sevina.
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Señalan la falta de resultados en el homicidio de un estudiante normalista en Tiripetío y la opacidad en el ataque que cobró la vida de los dos guardias comunitarios, entre ellos una mujer.
Exigen la presencia de fuerzas federales y estatales en la región para evitar mayores represalias por parte de los grupos delictivos.
Emplazaron a extender las manifestaciones a otras regiones del estado de no recibir respuesta por parte del Ejecutivo estatal.
El Consejo Supremo Indígena de Michoacán se sumó al exhorto para la instalación de Bases de Operaciones Interinstitucionales en las regiones más asediadas por el crimen.