P’indekua: 37 años de danza que resiste al olvido
evangelio | 25 octubre, 2025

No todos los aniversarios son celebración; algunos son una prueba de permanencia. La Compañía de Danza Regional P’indekua cumple 37 años sosteniendo, a fuerza de disciplina y pasión, un repertorio que mantiene viva la raíz del folclor mexicano. Lejos de los reflectores comerciales, su trabajo ha sobrevivido al desgaste institucional y a la indiferencia cultural que amenaza a las agrupaciones independientes.

Fundada en 1987 por el maestro José Luis Alarcón, P’indekua nació en el seno de la Casa de la Cultura de Morelia con una misión clara: rescatar las expresiones dancísticas tradicionales de Michoacán y darles presencia escénica sin despojarlas de su sentido comunitario. Su nombre, tomado del purépecha, significa “encuentro”, y sintetiza la esencia del proyecto: un punto de unión entre las raíces indígenas, la herencia mestiza y la creación artística contemporánea.

En sus primeros años, la compañía recorrió comunidades del estado documentando sones, pasos y vestimentas, con el apoyo de maestros de la danza tradicional y portadores de las costumbres locales. Ese archivo vivo se transformó con el tiempo en un repertorio que abarca cuadros emblemáticos de regiones como Tierra Caliente, la Meseta Purépecha y la zona lacustre de Pátzcuaro, además de piezas representativas de otras entidades del país.

El festejo por su aniversario tendrá lugar en el Patio Principal de la Casa de la Cultura de Morelia, con el programa “Celebremos 37 años de danza, tradición y orgullo mexicano”. En escena aparecerán cuadros de once regiones oaxaqueñas, entre ellas la Mixteca, Tuxtepec, Zaachila y el Istmo de Tehuantepec, en un homenaje a la Guelaguetza, esa fiesta colectiva que condensa el espíritu comunitario del país.

La función no busca deslumbrar con artificios, sino recordar por qué la danza regional sigue siendo una forma de resistencia. En tiempos donde la cultura se mide por cifras y eventos, P’indekua representa lo contrario: una apuesta por la memoria corporal, por los gestos que cuentan la historia de México sin necesidad de palabras.

Durante casi cuatro décadas, la compañía ha recorrido escenarios dentro y fuera del país llevando consigo el sonido de las tarimas michoacanas y el peso simbólico de una tradición que no se imita: se hereda. Su permanencia es, en sí misma, un acto cultural.

La entrada será gratuita, un gesto que busca acercar al público al arte popular y romper la distancia entre los escenarios institucionales y la gente. En un estado donde las danzas tradicionales aún laten en las plazas, P’indekua recuerda que el folclor no pertenece al pasado, sino a quienes siguen bailando para que la identidad no se borre.

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