Las acciones migratorias anunciadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, han desatado una ola de incertidumbre en México, ya que podría convertirse en un destino no planeado de migrantes.
Trump declaró una emergencia nacional en la frontera con México, previendo el envío de tropas y la reimplementación de la controvertida política de “Quédate en México”.
Las acciones incluyen la devolución de extranjeros delincuentes y el cierre de la práctica de “atrapar y soltar” migrantes.
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Especialistas en migración se hacen eco de diversas interrogantes sobre cómo México afrontará esas medidas, como el estatus legal de los extranjeros que serán repatriados desde Estados Unidos y el futuro de los mexicanos deportados que huyeron de la violencia.
Las consecuencias se perciben ya en la frontera norte de México, donde crece la aglomeración de migrantes.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Migración, de 2019 hasta principios de 2025, 16 millones de migrantes de 181 países han transitado por México, y 6.3 millones permanecen en el país.
La concentración de deportados y los extranjeros que buscan cruzar a Estados Unidos están generando una crisis humanitaria en la región.
Expertos advierten que, aunque se anticipa un aumento en las deportaciones, los efectos de dichas políticas se sentirán a mediano y largo plazo.