El Gobierno mexicano expresó su inquietud ante la propuesta de la administración del presidente Joe Biden de prohibir, por motivos de seguridad nacional, el uso de software y hardware chinos en vehículos en carretera.

La Secretaría de Economía advirtió que esta norma podría tener un “impacto sustancial en la industria automotriz mexicana”.

En un comunicado dirigido al Departamento de Comercio de Estados Unidos, la Secretaría destacó que la propuesta podría generar barreras comerciales, interrupciones en las cadenas de suministro y un posible aumento en los costos de producción, lo que podría resultar en una reducción del empleo tanto directo como indirecto en el país.

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Por su parte, grupos de fabricantes de automóviles y tecnología solicitaron al gobierno estadounidense una revisión de la norma y más tiempo antes de su implementación.

La propuesta implicaría una escalada en las restricciones existentes a vehículos y componentes chinos, prohibiendo de facto la importación de automóviles de marca china, incluso si son ensamblados en México.

Además, la medida podría contradecir las normas de libre comercio de América del Norte, aumentando los costos por el cambio de proveedores en la industria automotriz.

La normativa propuesta se aplicaría a los modelos de 2027 para el software y entraría en vigor entre 2029 y 2030 para el hardware.

La Alliance for Automotive Innovation, que representa a importantes fabricantes como General Motors y Toyota, también solicitó una prórroga de al menos un año para adaptarse a los nuevos requisitos.