Cientos de presos de California trabajan junto a miles de bomberos para combatir los devastadores incendios que asolan Los Ángeles.

Según el Departamento de Correcciones y Rehabilitación de California (CDCR), aproximadamente 930 presos y bomberos han sido desplazados a las zonas afectadas para combatir la propagación del fuego.

Los presos, gestionados por el Departamento de Bomberos del condado de Los Ángeles (CalFire), se hospedan en campamentos base temporales, donde se les brinda servicios básicos como comida, ropa adecuada y hospedaje.

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A pesar de las duras condiciones, los presos trabajan en turnos de 24 horas, algunos incluso de 48 horas, para evitar que las llamas apagadas vuelvan a suponer un peligro activo en la zona.

Según un informe publicado por la revista Forbes, los presidiarios ganan entre 5.80 y 10.24 dólares al día, dependiendo de la tarea asignada.

El secretario del Departamento de California para penales y rehabilitación, Jeff Macomber, ha definido la labor de los presos como “una parte esencial del esfuerzo, y su compromiso por salvar vidas y propiedades durante estas emergencias no debe minusvalorarse”.