La economía mexicana se enfrenta a un entorno de desaceleración para el cierre de 2023 y principios de 2024, debido a una menor actividad en todo el mundo y a la pérdida de dinamismo en Estados Unidos, según informó el economista en jefe de BX+, Alejandro Saldaña.
Aunque el crecimiento del país ha sido sobresaliente en los primeros tres trimestres de este año, Saldaña destacó que el efecto de arrastre no se podrá evitar esta vez, sin embargo, el impacto será menor en comparación con otros países.
El economista explicó que la expectativa es que la economía mexicana presente un dinamismo positivo, pero mucho menor en relación a lo que se vio en los primeros tres trimestres del año.
Pese al pronóstico de desaceleración, en la segunda parte de 2024 se prevé que la economía mexicana avanzará de forma más robusta, además de que el desempleo está en mínimos históricos y los salarios crecen a tasas de entre 10 % y 11 %.
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Saldaña detalló que es producto del apretamiento monetario del Banco de México, tener una tasa de 11.25 % limitará el financiamiento al consumo y la inversión, pero lo que frenará la actividad económica mexicana será la desaceleración que se tiene prevista en Estados Unidos.
Dos terceras partes de la economía operan por encima de los niveles que se tenían antes de la pandemia, particularmente en el sector manufacturero, pero el sector servicios también está por encima de los niveles previos al Covid, de la mano del consumo privado.
El sector construcción también destaca, con crecimientos que no se tenían previstos, lo que refleja no solo el nearshoring, también algunas obras del gobierno federal.
Los efectos del nearshoring también van a ayudar a la economía mexicana, pero será más notorio en el mediano y el largo plazo; “en 2023 empezamos a ver efectos, pero en 2024, 2025 y 2026, la inversión relacionada con dicho proceso será mucho más evidente”, añadió el economista.