La Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) publicó una estimación que revela que la producción mundial de vino ha sufrido una caída en 2023, alcanzando su nivel más bajo en los últimos 60 años.
La disminución se atribuye a una serie de fenómenos climáticos adversos, como heladas, sequías y lluvias diluvianas, que han afectado a importantes regiones vitivinícolas en todo el mundo.
Según las primeras estimaciones, el volumen global de producción ha disminuido en 7 % en comparación con el año anterior.
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Francia mantuvo su posición como el mayor productor mundial en volumen, superando a Italia, donde la producción ha caído 12 %, y a España, que ha experimentado una disminución del 14 %.
En Sudamérica, Chile, el principal productor del hemisferio sur, ha experimentado una disminución del 20 % en comparación con el año anterior; en Argentina, hubo un descenso del 23 %; Brasil sufrió una disminución de 30 % y Uruguay de 34 %.
En el hemisferio sur, Australia ha sufrido una disminución del 24 % en su producción de vino, mientras que Sudáfrica ha experimentado una reducción del 10 %.
Los fenómenos naturales adversos que han impactado la producción de vino aún no se ha demostrado que estén directamente relacionados con el cambio climático, sin embargo, se ha observado un aumento en la recurrencia de fenómenos extremos, como olas de calor, lluvias torrenciales y plagas.