En medio de la guerra, el presidente ruso Vladímir Putin promulgó una ley que prohíbe las cirugías de cambio de género, una medida que fue criticada por los defensores de los derechos LGBT.

Esta legislación fue aprobada por unanimidad en las dos cámara del Parlamento. Los funcionarios rusos dijeron que esta ley protegerá al país de la “ideología antifamilia de Occidente”, incluso algunos diputados calificaron a los cambios de género de “puro satanismo”.

La ley también prohíbe el cambio de género de cualquier persona en documentos oficiales y registros públicos, y anula los matrimonios en los que una persona haya cambiado de género, además de que inhabilita que personas transgénero se conviertan en padres de crianza o adoptivos.

La prohibición proviene de una serie de acciones del gobierno ruso para proteger lo que considera los “valores tradicionales” del país. Una represión que comenzó hace una década, cuando Putin proclamó un enfoque en los “valores familiares tradicionales”, apoyado por la Iglesia Ortodoxa Rusa.

La comunidad transexual de Rusia teme que en adelante se enfrente a mayor represión, lo que podría significar es el exilio de su propio país.