La protesta por la exigencia de justicia a siete años de la masacre en Arantepacua culminó con la intervención de elementos de la Guardia Civil, quienes disuadieron la manifestación con gases lacrimógenos y uso de la fuerza pública.

Tras el fin de la marcha que recorrió el Periférico Paseo de la República y la Calzada Juárez, los comuneros y manifestantes realizaron una serie de intervenciones a edificios públicos como Palacio de Gobierno, el Congreso del Estado, la oficina de Comunicación Social, el SAT y el Banco del Bienestar.

Con el robo de unidades de la iniciativa privada, de Sabritas y Coca – Cola, los manifestantes estamparon uno de los vehículos en contra de la puerta principal de Palacio de Gobierno, para intentar prenderle fuego.

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Luego, se realizó el juicio político simbólico en contra de Silvano Aureoles, Adrián López Solís y Juan Bernardo Corona, a quienes les prendieron fuego, por medio de unas figuras representativas.

Cuando la protesta estaba por disudiarse, de una de las ventanas de Palacio de Gobierno salieron bomberos para intentar sofocar el fuego que encendieron al interior de la unidad de Coca – Cola, lo que ocasionó la molestia de los manifestantes, quienes comenzaron a agredir a los bomberos.

En el intercambio de agua y cohetones, desde Palacio de Gobierno comenzaron a caer bombas de gas lacrimógeno, al paso de que decenas de policías estatales empezaron a bajar por la calle Morelos Norte para realizar un cerco alrededor del primer cuadro de la ciudad.