Debido a las redadas antimigrantes en Estados Unidos y a la pérdida de empleos entre la población mexicana indocumentada, se proyecta una disminución en el envío de remesas, especialmente hacia Michoacán, entidad que concentra el mayor flujo de estos recursos.
La Secretaría del Migrante (Semigrante) advirtió sobre una tendencia negativa en los envíos, derivada de la incertidumbre legal que enfrentan miles de connacionales.
Muchos han optado por no acudir a sus trabajos o reducir su actividad laboral por temor a ser detenidos en los operativos del ICE, intensificados desde abril de este año como parte de las nuevas políticas federales de control migratorio.
Además, en los últimos tres meses se ha duplicado la atención a migrantes deportados, especialmente en los cruces fronterizos de Tijuana, Ciudad Juárez y Reynosa, de acuerdo con cifras recientes de la Secretaría de Gobernación y el Instituto Nacional de Migración.
Tan solo en junio, se registraron más de 24 mil repatriaciones desde Estados Unidos, la cifra mensual más alta desde 2021.
Durante el segundo trimestre de 2025, el Banco de México ya había reportado una baja interanual del 3.2 % en el envío de remesas, lo que podría marcar el primer retroceso a nivel nacional desde 2012 si la tendencia se mantiene.
Analistas financieros advierten que el impacto en comunidades dependientes de estos ingresos podría agudizar la desigualdad y reducir el consumo interno en regiones como el Bajío, el sur de Jalisco y gran parte del occidente michoacano.
Michoacán se mantiene como el estado que más remesas recibe en el país, con una participación cercana al 10 % del total nacional.
Sin embargo, el Banco de México anticipa que, de mantenerse esta tendencia negativa, el cierre de 2025 podría representar una caída general de hasta el 5 % en comparación con el año anterior.