Vladímir Putin completó una intensa visita de cuatro días a China, marcada por encuentros bilaterales y multilaterales, su participación en la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) y la conmemoración del 80.º aniversario de la victoria en la Segunda Guerra Mundial.
El presidente ruso resaltó que los encuentros informales con líderes internacionales permitieron profundizar en temas de interés mutuo.
En la OCS, calificó como “oportuna” la iniciativa china sobre gobernanza global y destacó los avances en la cooperación energética, incluido el gasoducto Fuerza de Siberia 2, que garantizará un suministro estable de gas a China, con exportaciones que superarán los 100.000 millones de metros cúbicos anuales.
Putin reiteró su oposición a la adhesión de Ucrania a la OTAN, aunque señaló que no cuestiona su derecho a mantener relaciones económicas con la Unión Europea.
Sobre un posible encuentro con Vladímir Zelenski, indicó que sería viable solo si estuviera bien preparado y pudiera generar resultados positivos, aunque criticó la expiración de la legitimidad del líder ucraniano.
En temas de seguridad, el mandatario afirmó que las tropas rusas avanzan con éxito en el frente ucraniano y que la situación militar de Kiev es crítica, con menos de la mitad de sus unidades listas para combate.
Además, subrayó la importancia de un mundo multipolar, en el que todas las naciones sean tratadas como iguales, y defendió la cooperación con Estados Unidos, destacando su breve pero cordial encuentro con Donald Trump.
Durante su estancia en China, del 31 de agosto al 3 de septiembre, Putin se reunió con Xi Jinping, Ukhnaagiin Khurelsukh, Aleksandar Vucic y Robert Fico, consolidando relaciones estratégicas y energéticas en Asia y Europa.