La administración de Estados Unidos advirtió a Israel que podría revisar sus suministros de armas si no se observa una mejora en la situación humanitaria en Gaza.

No es la primera ocasión en que Estados Unidos lanza tal advertencia, a lo largo de los años, el país ha sido un aliado fundamental para Israel, proporcionando asistencia militar y financiera sin precedentes.

Hasta 2023, el 69 % de las importaciones de armas de Israel provinieron de Estados Unidos, reafirmando su posición como el mayor proveedor; Alemania ocupa el segundo lugar con 30 %, mientras que Italia, el Reino Unido, Francia y España están entre los proveedores de menor importancia.

La asistencia de Estados Unidos a Israel no se limita al armamento; desde 1948, ha proporcionado más de 130 mil millones de dólares en financiación bilateral.

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En 2019, ambos países firmaron un memorando que asegura una entrega anual de 3 mil 300 millones de dólares a través del programa de Financiación Militar Extranjera, complementado con 500 millones para defensa antimisiles.

Sin embargo, las dinámicas de suministro están cambiando.

Alemania, aunque actualmente es una fuente importante de armamento, ha estado reduciendo su ayuda militar a Israel desde el inicio de 2024.

Por su parte, Italia ha dejado de enviar armas al país desde el 7 de octubre del año pasado, tal como lo declaró el ministro de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani.

El Reino Unido también ha tomado medidas más cautelosas, suspendiendo algunas licencias de exportación de equipos militares a Israel.

En paralelo, el gobierno español anunció que no había realizado ventas de armas a Israel desde octubre, demostrando el giro en la política armamentista de varios aliados europeos.

Francia, tradicionalmente un proveedor de armas a Israel, ha experimentado tensiones en su relación bilateral, por lo que el presidente Emmanuel Macron ha sido reiterativo en los llamados a un alto el fuego en Gaza y Líbano, sugiriendo un cese en las exportaciones de armas hacia Israel.